El jugador que prefirió la muerte antes que abandonar el club de sus amores

Abdón Porte se mató por amor. Ya han pasado cien años desde aquella tarde en que se pegó un tiro en el Parque Central.

Es -probablemente- una de las leyendas más románticas del fútbol uruguayo.

Porte tenía 25 años cuando el 5 de marzo de 1918 decidió acabar con su vida.

Una lesión en la rodilla, sufrida en mayo de 1917, le alejaba del fútbol y él, sin su amado Nacional, no quería seguir viviendo.

Al suicidarse, Porte dejó dos cartas de despedida en su sombrero de paja, convirtiéndose en una leyenda.

“Nacional, aunque en polvo convertido/ Y en polvo siempre amante/ No olvidaré un instante/ Lo mucho que te he querido/ Adiós para siempre”, redactó en forma de poema.

Porte, quien nació en 1893 en el departamento de Durazno, debutó en el club tricolor el 26 de marzo de 1911. Se hizo el futbolista más destacado de su equipo y del fútbol uruguayo de a comienzos del siglo XX.

“Nacional era su ideal, lo amaba como el creyente a su fe. Por su enseña era capaz de todo. Nadie se expuso a tantos peligros como Abdón. De un juego aéreo exuberante, quizás falto de elegancia, no había parte de su cuerpo que no tuviera una cicatriz o una herida de batalla”, detalló la institución a través de su comunicado difundido el día de la centuria.

Porte tuvo una carrera ascendente. Ganó varios torneos rioplatenses, campeonatos uruguayos y también participó en un gran número de victorias clásicas contra su rival de la época, el CURCC, quien en 1913 se fusionó con el Albión F.C. para formar Peñarol.

“’El Indio’ Abdón era el alma del equipo, el líder espiritual. Pocas figuras ostentaron características tan bien marcadas como él. Fuerte y de un gran coraje, cuando el equipo peligraba ante el rival, ahí era cuando su figura se imponía en el campo”, remarcó Nacional.

Actualmente, la tribuna popular del Parque Central lleva su nombre  y su figura es una imagen de culto entre los hinchas del bolso.

Datos: EFE. Foto de portada: Diego Ramírez.